Reproducimos este post publicado en El blog de Marcelo estupendo blog de religión que gestiona el profesor de religión Marcelo, en Canarias:
1. Como el problema de encontrar un sentido a la aventura de
vivir parece demasiado grueso, lo mejor que podemos hacer es no enfrentarlo de
momento, ni clarificar las opciones, ni formarnos para el ejercicio de la libre
conciencia frente a las preguntas fundamentales. Total, lo que se impone es ir
tirando con lo que la vida nos vaya dando, y no liarnos más.
2. Hemos llegado a la conclusión que se puede comprender cabalmente
la cultura y la historia europea sin conocer sus raíces cristianas. El gótico, los
temas de la pintura del renacimiento, las
grandes obras de la literatura o del pensamiento, los podemos entender
perfectamente sin conocer la tradición cristiana, ni leer la Biblia ¡Faltaría
más!
3. Para el logro de una sana convivencia ciudadana, en un
clima de respeto y tolerancia frente a la diversidad del mundo globalizado, lo
mejor que podemos hacer es pasar sin más de lo religioso, desconocerlo,
silenciarlo, obviarlo, actuar como si no existiera. No se necesita conocer el
cristianismo y las demás tradiciones religiosas para ser una persona tolerante
y abierta, en diálogo con la cultura y las cuestiones de hoy.
4. Para reflexionar sobre los problemas básicos de la ética,
tanto a nivel individual como social, no se necesita conocer la visión
cristiana, y su fundamentación, ante determinados temas. En realidad, aunque las
opciones religiosas de las personas tienen consecuencias en el plano de la vida
moral, no requerimos conocer las razones que les asisten, desde la perspectiva
de su fe, para formarnos un juicio crítico sobre lo que realmente piensan los
creyentes.
5. Hemos llegado a la conclusión que estudiar el hecho
religioso, y el hecho religioso cristiano, no es relevante para la formación
integral del individuo. Lo educativo debería limitarse a las asignaturas
instrumentales, o a aquellas materias que ofrecen un conocimiento racional, objetivo,
y comprobable, según el modelo de las ciencias naturales. Dado que la Religión,
junto con otras disciplinas de las humanidades, no se someten a ese esquema, lo
mejor es, sencillamente, no estudiarlas, y san se acabó.
Si después de haber leído esta entrada, nos damos cuenta que
no estamos de acuerdo con lo dicho, que no queremos posponer una reflexión
seria sobre el sentido y el significado de la vida; que si pretendemos comprender
la cultura europea necesitamos conocer sus raíces cristianas; que conocer las
diversas religiones es un factor importante para el logro de la convivencia
social; que lo religioso está vinculado a la ética, y que si se quiere juzgar a
los creyentes, lo menos que se puede hacer es conocer lo que realmente piensan,
más allá de los tópicos que repiten noche y día ciertos medios de comunicación
social.
Finalmente, si estimamos que la Religión forma parte de la
formación integral que la escuela debe ofrecer a los ciudadanos y ciudadanas
para que sean plenamente competentes en el mundo de hoy, lo tenemos claro,
nuestra opción es apuntarnos en la asignatura, cursar la enseñanza escolar de
Religión.
Para los que quieran seguir reflexionando sobre el tema,
pueden consultar aquí una cuestión debatida: las diferencias entre evangelización, catequesis y enseñanza escolar de la Religión.
Y tú, amigo lector, ¿Agregarías alguna razón más para no
cursar la asignatura de Religión?
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