El texto íntegro de su conferencia lo podéis descargar aquí. El vídeo completo -incluidas la presentación y la posterior rueda de preguntas- lo tenéis aquí-
Mons. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, ha pronunciado una conferencia en el Hotel Ercilla de Bilbao, en el marco del Fórum Europa-Tribuna Euskadi. El prelado Munilla es el responsable interdiocesano del área de educación.
¿Por qué “sí” la asignatura de Religión? Siete razones pedagógicas
La primera: “La clase de Religión es un derecho, no un privilegio: A base de tanta polémica sobre esta asignatura, algunos católicos pueden estar arrastrando una especie de complejo, como si hubieran logrado hacerles creer que la presencia de la clase de Religión en la escuela, es una reminiscencia del antiguo régimen en esta sociedad democrática. Muy al contrario: se trata de un derecho, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
Segunda: “La clase de Religión no es equiparable ni sustituible por la Catequesis: La asignatura de Religión está destinada principalmente a una formación intelectual, aún con la peculiaridad de ser confesional; mientras que en la Catequesis se procura introducir al alumno en el seguimiento personal de Jesucristo”.
En tercer lugar, “la clase de Religión ayuda a entender la cultura que hemos heredado: Un joven no podrá entender la pintura, la música, la escultura, la arquitectura, la filosofía, la historia, la política, el folclore, las tradiciones… en definitiva, sus propias raíces; si no conoce en profundidad los fundamentos de la religión católica”.
La cuarta: “La Religión ofrece una cosmovisión frente a la fragmentación del saber: Hoy en día existe una gran “parcelación” del saber humano, acompañada de una sobreacumulación de datos, tanto en las disciplinas científicas como en las humanísticas. Se trata de una fragmentación que ha contribuido notablemente al auge de una cierta crisis de identidad cultural, de valores, de certezas…”.
Una quinta razón es que “la religión responde al sentido de la existencia: Una enseñanza global debe responder a las preguntas clave sobre el sentido de nuestra existencia. ¿De qué me sirve conocer la evolución del Universo, si nadie me explica por qué y para qué estamos en esta vida? ¿Cómo podemos fundamentar los derechos del ser humano sin dar razón de la diferencia esencial entre el animal irracional y el hombre racional? ¿Cabe hablar con optimismo de los avances científicos y de la sociedad del futuro, si no tenemos fundamentada nuestra esperanza en el más allá de la muerte?...”.
El penúltimo argumento se refiere al “Diálogo interreligioso: Somos sobradamente conscientes del grave problema que para la paz mundial representan los fundamentalismos. Cada vez vemos con más claridad que la estabilidad internacional, e incluso nuestra convivencia con un buen número de inmigrantes, necesita estar sustentada en el diálogo interreligioso. Ahora bien, sólo puede dialogar quien tiene conciencia y conocimiento de su punto de partida. De lo contrario, más que a una “alianza de civilizaciones”, estamos abocados a la desaparición de la nuestra”.
Finalmente, la “Educación moral: Está claro que una educación integral debe incluir la dimensión moral. De poco servirá la acumulación de conceptos en la enseñanza, si no existe un espacio específico en el que se eduque en comportamientos morales como la sinceridad, la solidaridad, la justicia, el respeto, la generosidad… He aquí otra dimensión esencial de la asignatura de Religión: la moral”.
Una palabra a los padres anti-Religión en Euskal Herria
El obispo finalmente se refirió a la toma de postura de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Euskal Herria, opuesta a que Religión pueda ofertarse en la escuela pública, asociación que ha enviado cartas a los padres, pidiéndoles que no matriculen a sus hijos en dicha asignatura, de forma que esas horas puedan destinarse a otras materias obligatorias.
“Se trata de una presión para sacar la asignatura de Religión del horario escolar, y en definitiva, de la escuela pública”, criticó el prelado.
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