José Serna lleva tres décadas impartiendo Religión a adolescentes. Ahora da clases en el instituto bilbaíno de Zurbaran a alumnos de Secundaria y no ha notado en los últimos años «mucha variación» en el número de chavales que eligen esta optativa. Eso sí, su clase de Bachillerato se vació en cuanto entró en vigor el decreto que anulaba la asignatura alternativa. «Un laicismo sano no consiste en erradicar la religión del espacio público», sostiene.
- ¿Qué le parece el debate que se ha suscitado en el último periodo de prematriculación y la campaña que han hecho desde la asociación de padres Ehige?
- Yo creo que el debate es necesario y lógico. Otra cosa es que entidades privadas como Ehige, que funcionan con fondos públicos, intenten cambiar la realidad y modificar una situación que, en última instancia, es competencia del Parlamento.
- ¿Ha sido testigo de lo que algunos docentes interpretan como coacciones a las familias?
- No lo sé, porque eso no se puede demostrar pero sí me consta que hay determinadas personas que están trabajando una campaña que se llama 'Religión O'. Hay centros en los que no se ha apuntado nadie en algunos grupos y que coincide con una campaña interna llevada a cabo dentro de la asociación de padres, intentando convencer a las familias con el argumento de que si no se apunta nadie hay dos horas más de clase. Tampoco soy partidario de la campaña contra la campaña, pero que el foro donde debe debatirse todo esto es el Parlamento.
- ¿A qué cree que obedece esa campaña?
- El tema de fondo es el laicismo. Pero hay que distinguir entre el laicismo sano, democrático, que defiende que las religiones no dirijan la sociedad y otra cosa es que la religión sea borrada completamente del espacio público.
- Entonces, ¿no cree incompatible una escuela laica con la impartición de la asignatura de Religión?
- No, una escuela laica supone que la institución educativa no esté dirigida por la religión, porque contra eso habría que luchar. Pero una escuela laica debería hablar de pluralidad, de diálogo, de una educación integral en la que la religión debe estar presente como un elemento más. Es la asignatura más democrática que existe porque la elige quien quiere. No es una obligación, es una oportunidad.
- Pues haga campaña a favor de la asignatura.
- Una educación integral debe contemplar todas las dimensiones de la persona, incluida la religiosa. Debe de haber una competencia de lo espiritual y eso no significa que sea necesariamente hablar de Dios, puede ser una mística en la que no siempre hay relación directa con el tema de Dios. Ahora que se nos llena la boca hablando de los valores, de la educación cívica, esa vertiente es muy importante. Una ética universal debería incluir también la ética de las religiones. Es una lástima que no hayamos sido capaces de ponernos de acuerdo en lugar de tener estos encontronazos.
- ¿Qué futuro le augura a la Religión en las aulas?
- Su futuro es el de la sociedad. Pero, insisto, su presencia o ausencia en las aulas debe ser competencia del Parlamento. La religión no debería ser bandera de conflicto, aunque en ocasiones se haya utilizado para defender ideas no muy evangelizadoras. Y si miramos a Europa como referente educativo vemos que en todos los países, con la excepción de Francia y no en todo su territorio, se imparte la religión como asignatura de libre elección.
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Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices
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